miércoles, 25 de marzo de 2020

Entre la pandemia y el pandemonio


Entre la pandemia y el pandemonio  




Las coronas nunca han sido de mi gusto. Ni las monárquicas ni las bebibles ni las dentales ni las funerarias ni mucho menos las patógenas. Pero debo reconocer, en el albor de mis setentas, que el Covid-19 es la primera pandemia que he vivido conscientemente y, afortunadamente no de manera corporal (¡la corona de espinas de Cristo me proteja!), y eso, que son muchas las enfermedades virales o bacterianas que han azotado al mundo. Es más, es la primera vez que un virus me llama tanto la atención.  Ni siquiera la irrupción del retrovirus VIH en la década de los ochenta, el cual, según afirman los virólogos, sigue siendo el virus más letal en la edad contemporánea, me robó el sueño ni me inhibió la libido.

¿Pero qué significa ser consciente o tener conciencia de algo?

Al menos para mí, significa dos cosas: Primero. Haber comprendido y aprehendido la dinámica general de un fenómeno determinado y segundo, poner en práctica los conocimientos adquiridos.  

No obstante, y a pesar del presunto grado de conciencia, tampoco estoy inmune al bombardeo informático formal e informal. También tengo mis dudas, como el apóstol santo Tomás. Tal es así, que después de una tertulia espontánea sostenida hace unos días (antes de las medidas restrictivas de movilización social impuestas por el gobierno alemán) con dos médicos, un abogado especialista en derecho laboral, un biólogo ambiental y un teólogo fundamentalista, constaté que los títulos académicos en sí no son garantía alguna de conocimiento de la “verdad verdadera”.  Pude comprobar durante la conversación que los dos médicos, por lo demás dos expertos competentes, argumentaban en sentido diametralmente opuesto. El galeno más joven calificaba de “exageradas” las medidas preventivas ordenadas por el gobierno alemán de Angela Merkel, mientras que el más veterano las aplaudía. Por su parte, el abogado expresó con vehemencia y militancia al mejor estilo de Vladimir Illich Lenin que la crisis del coronavirus ha puesto al desnudo las debilidades del estado capitalista e imperialista alemán en cuanto a los derechos laborales de la clase obrera. El joven biólogo se lució con una cátedra acerca de la crisis climática y de la explotación de los recursos naturales, recomendándonos, además, la lectura del libro “Das Ende der Evolution (El fin de la evolución) de Mattias Glauberecht.  Mientras el hombre de fe nos recordó a San Juan apóstol y las profecías apocalípticas. Yo expresé, que sí no se contenía y ralentizaba la velocidad de propagación del virus el sistema de salud pública en varios países, incluso en los más desarrollados, podría colapsar y como consecuencia inmediata, el colapso económico nacional e internacional. Para mí, ese es el gran peligro.  La discusión por tener un carácter informal (small talk) terminó sin llegar a ningún consenso.

Por mi parte, decidí continuar guiándome por la información de fuentes fidedignas, es decir, de instituciones internacionales de renombre como la Universidad Johns Hopkins de Baltimore, el Instituto alemán de Virología Robert Koch (RKI) y la American Society for Microbiology, porque pienso que es la única forma de mantenerse inmune a la información basura de las redes sociales.
Ahora bien, no toda la información de las redes sociales es basura. Algunos presuntos o supuestos conspicuos académicos tienen opiniones acertadas e interesantes, más allá de lo dudoso de su identidad. Otros, que a lo mejor sí son académicos con pedigrí, navegan en Internet más perdidos que Ulises antes de llegar a Ítaca.

Por esa razón, para ser justo y ponderado, trascribo aquí algunos comentarios y opiniones de “académicos” que escriben en las redes sociales en relación con la situación pandémica actual.

1.       Dra. Nikacho Nadita, japonesa especializada en comunicación y códigos secretos digitales: “…mucha es la confusión en la época digital….el ciudadano recibe una gigantesca cantidad de información diaria que al final de cuentas no es capaz de someterla a un análisis racional…el poco o nulo entendimiento acerca del origen de los virus patógenos zoonóticos, de los fenómenos microbiológicos, patológicos y pandémicos,   contribuye directamente y de manera inocente, pues a lo mejor piensa que se trata de un chiste, a la propagación de los fake news … el problema principal en el siglo XXI está íntimamente relacionado con el desarrollo acelerado de la informática digital  y su aplicación en las redes sociales…los mensajes reenviados, por lo general, con carácter, sexista, discriminatorio, alarmantes y conspirativos, se propagan de manera exponencial como los virus…” 

2.       Dr. Yonokomo Kuzuko Konyuka, japonés, especializado en dietética y nutrición exótica: “…la degustación de animales exóticos como murciélagos, perros, ciervos, armadillos, serpientes debería estar en realidad prohibida…”

3.           Dr. Kekoko Tanduro, japonés especializado en educación sanitaria y prevención: “…desarrollar planes educativos audiovisuales pedagógicos y didácticos relacionados con la salud y previsión de enfermedades epidémicas, accesibles y comprensibles, para todos los estratos sociales…incluyendo a los más duros del coco…”

4.       Dra. N’Kedunda Tunana, nigeriana, viróloga: “…muchas de las epidemias llegan en avión…el primer caso de Ébola en Nigeria se registró en Liberia el 20 de julio de 2014. El portador del virus fue un ciudadano estadounidense-liberiano que llegó en un vuelo procedente de Monrovia, presentando ya síntomas de la enfermedad…en octubre del mismo año el virus estaba controlado…”  

5.       Dra. Zoila-Tamahl-Demahsa-Barahta, hindú, especialista en Agricultura y Ganadería:” …efectivamente el desarrollo de la agricultura en las sociedades humanas conllevó a la domesticación de animales y por lo tanto, a la convivencia de los hombres y los animales… el ganado introduce patógenos en sus áreas de movilización a través de sus heces fecales, afectando  la salud de la fauna silvestre…la ciencia médica ha demostrado que la mayoría de las enfermedades infecciosas que han surgido en los seres humanos, tienen un origen zoonótico…es muy probable que el virus del tipo SARS CoV, que apareció en los humanos,  fuera transmitido primero por murciélagos “herradura”  a civetas (especie de gatos salvajes) y con el tiempo se extendió a los humanos a través de los mercados de animales…”  

6.       Prof. Dr. Hans Noeske Forniken , psicólogo sexual alemán, especialista en enfermedades venéreas e inseminación artificial asistida: “…el retrovirus VIH ha causado más de 35 millones de muertes desde su aparición en la década de los ochenta del siglo pasado …y todavía no existe una medicina o vacuna que lo neutralice…la utilización de preservativos en la actividad sexual, el llamado “Safe sex”, es hasta la fecha la medida preventiva por excelencia para evitar el contagio…no obstante, la iglesia católica apostólica y romana prohíbe el uso del condón, sobre todo en el continente africano, donde el follaje es más denso y el virus azota con más violencia…”

Mientras que otros ilustres académicos entre los que se cuentan la Dra. Alora Silo Pesco, italiana especializada en nutrición y dietética marina, los Dres. Nikon Kola Setapa y Tukaka Ta Guada, gastroenterólogos japoneses especializados en disentería y chorrillo mexicano, y la Dra. Shu Lo Na, viróloga china y bailarina de Striptease en Wuhan, son de la opinión que, en épocas apocalípticas, cuando el mundo parece ser que se va a acabar, lo mejor es fornicar.

Entre la pandemia producida por el virus SARS CoV2 y el pandemonio o griterío histérico originado por la desinformación o falsa información en las redes sociales, nos encontramos con los fríos datos del desarrollo de la pandemia y con la investigación y el desarrollo microbiológico y farmacéutico en los Estados Unidos, Europa y Asia con el objetivo de combatir, aniquilar o neutralizar al coronavirus en el menor tiempo posible.

Cuando comencé esta nota este día 24 de marzo 2020 a las 14:45 horas los datos que reportaba la página web de la Universidad Johns Hopkins acerca del Coronavirus eran los siguientes: 392mil 780 infectados; 17mil 159 muertes; 102mil 980 recuperados. Terminé la nota este mismo día a las 18:45 horas con los siguientes datos (COVID-19 Global Cases 24.03.20, 18:45): 407 mil 485 infectados; 18mil 227 muertes; 104mil 234 recuperados.

Esto significa que en 4 horas ha habido un incremento en las cifras: 14 mil 705 más infectados; un mil 68 más muertes; un mil 254 recuperados. Vale decir, que en promedio, en estas cuatro horas se infectaron 3676 personas en el mundo, 267 personas fallecieron y 314 personas se han recuperado de la enfermedad.

Todavía la mayoría de los países se encuentra en el periodo de desarrollo y expansión del virus. Aún no se puede valorar la efectividad de las medidas cautelares y restrictivas impuestas por algunos de los 169 gobiernos en cuestión. No obstante, la situación actual en China demuestra que también se puede llegar al final del túnel. Algunos países llegarán probablemente antes que otros, pero al final de este viaje, todos o la gran parte de la población mundial verá la luz del día.

Sí con organización, disciplina consciente y solidaridad los rusos vencieron al Zar Nicolas II en 1917 y los franceses derrotaron en las urnas electorales a Nicolas Sarkozy I en 2012. ¿Por qué razón no derrotaremos todos juntos al SARS COV 2?

Mañana seguro vendrá otro virus, menos o más virulento que el actual.

¡Ojalá no nos sorprenda defecando! Pues para entonces la reserva familiar de papel higiénico se habrá agotado con toda seguridad.

domingo, 15 de marzo de 2020

La razón, la sinrazón y la zurrazón[1] en los tiempos del Covid-19

La razón, la sinrazón y la zurrazón[1]  en los tiempos del Covid-19



En los tiempos de grave peligro, como en las guerras y en las epidemias, el pánico es el peor aliado de Eros y el mejor consejero de Thanatos.

Sin duda alguna que estamos frente a una pandemia y, por lo tanto, frente a una enfermedad que se propaga rápidamente y de manera exponencial. No es la primera que azota a la población mundial, ni tampoco será la última. Aunque más de algún zelote religioso ande armando el despelote en las redes sociales anunciando el   Armagedón, la realidad es que todavía no estamos de espaldas al paredón. 

Ahora bien, esto no quiere decir que hay que restarle importancia al asunto, pues está claro que no se trata de una bagatela. Por el contrario, hay que tomarlo muy en serio, ya que las tasas de mortalidad según la OMS (Organización Mundial de la Salud) parecen ser de tres a veinte veces más altas que la de la gripe común y de la pandemia de gripe A (H1N1) de 2009-2010. 

Por otra parte, más allá del aumento potencial de la información falsa en relación con el Covid-19, la ciudadanía se ve confrontada también con teorías conspirativas que recuerdan mucho a lo ocurrido en la década de los ochenta del siglo pasado, cuando se conoció la existencia del virus HIV (Virus de la inmunodeficiencia humana). El gobierno de Ronald Reagan guardó un mudo silencio frente al asunto, yo diría que más bien fue por ignorancia que por negligencia.

Mientras tanto, las iglesias y los sectores más conservadores de la sociedad norteamericana no perdieron el tiempo en buscar explicaciones biológicas y calificaron ipso facto la “extraña enfermedad” de venganza divina contra la “peste” homosexual. Fue precisamente en esos turbulentos años, en que el gobierno de Ronald Reagan se enfrentó al dilema político-económico de facilitar recursos económicos para la investigación de la etiología del SIDA y su curación   o, sí dar más apoyo logístico y financiero a la contrarrevolución sandinista.  

Por su parte, el gobierno del Vaticano, presidido por Juan Pablo II, también mostró poco interés por la patología del HIV, pero sí mucha perseverancia en su lucha contra la teología de la liberación. Simbólico el gesto inquisidor del Papa cuando amonestó a Ernesto Cardenal en el aeropuerto internacional de Managua Augusto Cesar Sandino. Asimismo, los “enemigos” del imperialismo norteamericano no perdieron la oportunidad de achacar al gobierno de los Estados Unidos la creación de un arma biológica.

Fue así como, Jakob Segal, biólogo y profesor de la Universidad Humboldt de Berlín (RDA), planteó la teoría conspirativa que el virus HIV, no procedía de África, como suponían algunos científicos norteamericanos y europeos occidentales, sino que de un laboratorio militar situado en Fort Detrick in Maryland. Es decir, el HIV era obra satánica de ingenieros genéticos norteamericanos. Hoy en día se sabe y además está comprobado a través de análisis moleculares y epidemiológicos que el virus provino de primates africanos. El virus más común, el HIV-1-M, es un embrión de un virus de chimpancé que a principios de del siglo XX contagió a una persona. El virus llegó a Haití a mediados de la década de los sesenta del siglo pasado y un par de años más tarde entró por vía aérea a los Estados Unidos de Norteamérica en el cuerpo infectado de un tripulante de aviación.

En algunos videos que circulan en las redes sociales con información conspirativa se señala a China, Francia y Canadá de ser los “creadores” o “inventores” del SARS-CoV-2 en un laboratorio biológico secreto situado en Wuhan, la capital de la provincia de Hubei. Se trataría de un arma, no precisamente con fines militares como en el caso del HIV, si no que más bien de una con fines políticos, financieros y demográficos. Es decir, en esta teoría conspirativa se especula y se acusa a multinacionales, sin presentar prueba alguna, de crear un arma biológica para desatar artificialmente una crisis política-económica y financiera con fines de lucro. No obstante, por muy descabelladas que sean estas teorías conspirativas, siempre habrá una cantidad no despreciable de personas que seguirán creyendo en ellas, a pesar de que con el tiempo se demuestre lo contrario.

Lo que sí se sabe a ciencia cierta en la actualidad, es que existen 7 coronavirus patógenos zoonóticos, es decir, trasmisores de enfermedades que comienzan en animales infectados y que luego por contacto o ingestión infectan a las personas. Pero solamente los tres nombrados a continuación pueden provocar infecciones graves y mortales de las vías respiratorias como la pulmonía: 1) La enfermedad, cuyo nombre internacional es Covid-19 trasmitida por el virus SARS-CoV-2 en 2019/2020, 2) El síndrome respiratorio agudo grave (SARS) transmitido por el virus SARS-CoV-1 en 2002 y 3) El síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) trasmitido por el virus el MERS-CoV en 2012.  

Hay que reconocer que en la época moderna resulta muy difícil mantener la continencia, la ponderación y la ecuanimidad, ya que todos estamos expuestos al bombardeo mediático, tanto por las vías análogas informativas como por las digitales. Tan excesiva es la información contaminada de “medias verdades” o mentiras camufladas, que al final de cuentas la población civil termina empachada y con una sensación de inseguridad y desconfianza, que son el ambiente propicio para que se desarrolle miedo y pánico.   

No se necesita ser sabio, culto o competente para entender racionalmente la gravedad del problema y comprender la razón de muchas medidas profilácticas. Pienso que todas las medidas que a nivel mundial se están tomando están basadas en la razón y entendimiento científico actual, en la experiencia real y concreta con otras enfermedades parecidas.

Pienso, que sí se actúa con razón y sentido común, no hay razón alguna para caer en la sinrazón ni en el pánico social que puede provocar, bajo ciertas circunstancias, una zurrazón viral y literalmente anal.