Entre Sarkozy y
Hollande, prefiero el holunder té (té de saúco)
El Presidente francés, Nicolás Sarkozy, con un discurso político de derecha
cada vez más cercano a las posiciones del frente nacional de Marine Le Pen, está
tratando de ganarse el voto de la ultra derecha francesa, para recuperar el
terreno perdido en las elecciones primarias del 25 y 26 de abril del corriente
año. Por el momento, todo parece indicar que François Hollande del partido
socialista (social-demócrata) tiene las de ganar.
El discurso populista de la ultra derecha, al que ha hecho eco Nicolás
Sarkozy, culpa por una parte a los extranjeros de la crisis económica del país
y por otra, acusa a Sarkozy de haberse subordinado a la agenda
político-económica de Ángela Merkel, canciller de Alemania. Maniobra política
que no sorprende a nadie, puesto que en tiempos de crisis económica los
extranjeros son siempre los “cabeza de turco”, aunque en Francia en realidad viven
más moros que turcos. El presidente Sarkozy ha declarado públicamente que, de
ser relegido como Presidente, reducirá drásticamente la cantidad de inmigrantes
de 180.000 a alrededor de 100.000, es decir casi en un 50%. Vale recordar que
hace un par de años, el gobierno de Sarkozy también tomó medidas restrictivas y
racistas para reducir la inmigración. El recrudecimiento de las leyes de
inmigración francesa, defendidas en su momento por Nicolás Sarkozy y
ratificadas recientemente con la campaña anti-inmigrantes para recaudar votos
del sector marrón oscuro, convierte la actividad judicial francesa en una
verdadera “caza de moros y cristianos” procedentes de países del Magreb, como
Argelia y Marruecos, y otros como Senegal o Costa de Marfil. El proyecto de la
nueva ley de inmigración, presentado por el Ministro de Inmigración, Brice
Hortefeux y avalado por el Presidente estipula, entre otras cosas, la prueba de
ADN para comprobar la filiación genética entre familiares, además de servir
como instrumento científico de “investigación” racial.
La cuenta deficitaria en el presupuesto nacional de Francia en el año 2011
representó el 5,2% del Producto Interno Bruto y la deuda nacional asciende a un
85,8 % del Producto Interno Bruto. François Hollande, propone que el plan de
ahorro planteado por Ángela Merkel, debería contribuir a incentivar la
industria y a la generación de puestos de trabajo, y a la vez está planteando
desde ya la revisión del pacto fiscal europeo que es uno de los caballos de
carrera de Ángela Merkel. La renegociación de estos acuerdos ha sido rechazada
fehacientemente por la gobernante alemana. Todo parece indicar, que en el caso
de una eventual victoria de Hollande, la relación entre él y Merkel estaría
desde ya infectada por el bacilo de la desconfianza. En cualquier caso, una
renegociación del pacto fiscal es un objetivo casi imposible de conseguirse. Lo
cual llevaría a pensar que François Hollande estaría utilizando este frente de
lucha sólo como un instrumento de campaña electoral.
Como sea, me gustaría que los franceses el día 5 y 6 de mayo apoyaran la
candidatura de Hollande, no por que crea que François Hollande resolverá la
crisis económica francesa, puesto que ésta es no solamente coyuntural, sino
sistémica y en este sentido, el programa social-demócrata tampoco es la
solución óptima para la clase trabajadora francesa. Pero valorando a Sarkozy y a
Hollande, considero que el segundo es la mejor opción actual de los franceses,
aunque el objetivo de ambos políticos sea el de fortalecer el sistema
capitalista. Ahora, si de gustos personales se trata, entre Sarkozy y
Hollande, prefiero mejor el holunder
té, es decir una infusión de saúco, sencillamente porque es más sano y además,
fortalece el sistema inmunológico. Pero como no soy francés no importa lo que
yo opine ni lo que yo beba en este primero de mayo.
Roberto Herrera 01.05.2012