“Los estudios de ADN no indican que existan distintas subespecies clasificables (razas) dentro de los seres humanos modernos. Aunque los diferentes genes de rasgos físicos, como el color de la piel y el cabello pueden identificarse entre las personas, no existen patrones consistentes de genes en el genoma humano para distinguir una raza de otra. Tampoco existe ninguna base genética para las divisiones de la etnia humana.” Human Genome Project
Los científicos que participaron en el Proyecto del Genoma Humano (PGH)
concluyeron que los llamados caucásicos, africanos, asiáticos, indios,
árabes o judíos no son “razas” diferentes, sino grupos étnicos particulares,
cuyas diferencias físicas observables son simplemente fenotípicas, y comprenden
cualidades como las morfológicas, las
fisiológicas y las conductuales.
Sí demostrado está que las “razas” humanas no existen, y que en definitiva solo existe la especie humana, ¿por qué surge entonces el racismo?
El racismo nace como un instrumento religioso e ideológico para justificar
el sojuzgamiento de otras etnias y/o la discriminación social de sus propios
compatriotas por parte de un grupo élite de personas de un mismo origen y que
generalmente hablan un mismo idioma, tienen una tradición común y que basándose
en una “supuesta” superioridad, se sienten con el legítimo derecho y autorización divina para exterminar
todo aquello que sea ajeno y extraño a su cultura. De esta forma los reyes
católicos del siglo XV – Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla– ordenaron
perseguir, torturar y expulsar a las comunidades judías sefardís por cuestiones
de fe, así como lo hiciera el rey Eduardo I de Inglaterra en 1290 y el rey de Francia Carlos VI,
apodado el Loco, en 1394. Por su parte,
el racismo anglosajón no se quedó atrás en la edad contemporánea masacrando y
exterminando a poblaciones enteras de seres humanos en la época del colonialismo
en los Estados Unidos. Con la abolición del Apartheid en Suráfrica y en Namibia en 1992 se terminó –al menos oficialmente–
con la segregación racial como política de estado a nivel mundial.
El racismo es un fenómeno social que
se manifiesta de muchas formas y existe en todas las latitudes. No obstante, el
racismo no puede considerarse ni debe ser entendido como una impronta biológica
en el ser humano y por lo tanto, sería erróneo
concluir que la especie humana es racista por naturaleza. A pesar que el
racismo se expresa con más virulencia en Europa y en los Estados Unidos, es
necesario acotar que no todos los blancos son racistas ni tampoco todos
los racistas son blancos.
En tiempos de crisis mundial económica, la xenofobia, la discriminación
social y el racismo proliferan en cualquier parte del mundo como setas en
tierra húmeda y ambiente ácido. Por eso es importante no olvidar las palabras
de Martin Niemöller, pastor protestante alemán, quien sufrió en carne propia la
brutalidad del régimen hitleriano en los campos de concentración: „Primero vinieron a buscar a los comunistas,
y yo no hablé porque no era comunista. Después vinieron por los socialistas y
sindicalistas, y yo no hablé por que no era ni lo uno ni lo otro. Después
vinieron por los judíos, y yo no hablé porque no era judío. Después vinieron
por mí, y para ese momento ya no quedaba nadie que pudiera hablar por mí”.
Actualmente los “malos” de la película son los mexicanos, quienes se encuentran en el punto
de la mira del señor Donald Trump, aspirante republicano a la presidencia de
los Estados Unidos.
¿Quiénes serán los siguientes el día de mañana?