domingo, 15 de diciembre de 2019

Las coplas de mis sesenta y nueve años


Las coplas de mis sesenta y nueve años


                  –i–
Nací en el año 50 en el barrio El Calvario,
Cerquita del sucio Acelhuate[1]
Dicen que en esa noche vieja hubo un gran jolgorio
Debajo de aquel frondoso amate.
                 –ii–
En el vientre fértil de mi madre Tey
Se gestaron cuatro niñas y un varón
Todos retoños bastardos según la ley
Solo una, la primera, no vivió en aquel barracón.
                   –iii–
Todavía tengo presente en la mente
El día en que por primera vez le vi la cara
 a la luctuosa catrina, siendo aún un infante,
lista llegó y con la intención de que el carro me revolcara. 
                   –iv–
Los callejones de San Jacinto
Y las aceras de Santa Anita
Como buen patechucho[2] todo lo andaba solito
a escondidas de mi mamita.
                    –v–
Fui a visitar a mi abuelita y a mitad del camino
me dio sueño y me dormí debajo de un platanar
y dicen que me encontró por fin un buen vecino   
soñando feliz y contento en medio de aquel solar.
                 –vi–
La fama de Urdimales
Me la gané en mi casa
Rompiendo muchos cristales
 Y macetas en la terraza.
               –vii–
En la escuela siempre estuve en primera fila
Y ya de niño le corregía a otros la plana
Los útiles y otros menesteres alegre cargaba en la mochila
Y en los exámenes nunca hice jarana.
              –viii–
Ya lo dijo Juvenal
No hay que ser un buen jinete
Ni jugar como Nadal.
              –ix–
Mi apodo es “Cariño Herrera”
Me bautizó una cipota
Que ya andaba a la carrera
Por tocarme la trompeta.
              –x–
Por andar de Juan Tenorio
Me metí en un embrollo  
La viuda en el dormitorio
Me pedía más repollo.
             –xi–
Emigré para Alemania
Sin saber que era pa ‘siempre
Estudié la electrotecnia
Y nunca tuve la depre.
              –xii–
Aprendí a tocar guitarra,
Al lado de un mexicano,
Tocando la San Marqueña
Se me engarrotó la mano.
                –xiii–
Nunca perdí la esperanza
De cantar como el “turco” Cafrune,
Allá en el lago de Constanza
Una payada o una milonga elegante.
                –xiv–
 Yo no soy Jorge Negrete
Porque no me sale el falsete
Pero canto en la ducha,
y mejor en el retrete.
               –xv–
Bailando un buen merengue
De la cintura pa ‘bajo
La rubia que era bilingüe
Era buena pal relajo.
              –xvi–
Entonces llegó la Vero
Y me tendió una emboscada
Detrás de un viejo ropero
Nos comimos una empanada.
               –xvii–
La historia es muy sucinta
Nada tiene de parafernalia
La Nono quedó encinta
Y así llegó la Natalia.
                 –xviii–
Soy guanaco y paliducho
Soy buen gallo de pelea
Y quien me toca los cojones
Le bajo los pantalones.
                –xix–
Y me fui para chalate
A servir en la guerrilla
Y me puse mertiolate
Pa ‘curarme la rodilla.
              –xx–
En la guerra mucha gente inocente la palma
Los tambores bélicos suenan y el suelo se cubre de tumbas
Y cuando las bombas caen la cabeza y el corazón se sumergen en las sombras 
Cuando Yoel murió, yo, él y muchos más, ahí quedamos sepultados en La Palma.
                –xxi–   
Me estoy poniendo más viejo
Ya no zacateo el macho
Tengo arrugas en el pellejo 
Y no ostento ya más penacho.
                –xxii–   
Mi nieto me dice Tata
Juguemos al caballito
En esta infantil cabalgata
El jinete es Samuelito.
                 –xxiii–
Mañana, mi mañana seguro vendrá
mañana voy a estar aquí esperándola
con mi guitarra en la mano y sin vestir escafandra
cantando volarán por los aires mis cenizas como una oropéndola.
                  –xxiv–
Cuando pare yo las chalas
Me cantan esta canción
No habrá que tener agallas
Pues lo harán con el corazón.
              –xxv–
Ya me voy, ya me despido
Aquí les dejo un recado
Con el favor de Cupido,
afilen que no es pecado.


[1] Acelhuate: Río salvadoreño altamente contaminado que recorre los departamentos de San Salvador y La Libertad.
[2] Patechucho: Callejero

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