Alemania , amparada de la ayuda económica del Plan Marshall a finales de los años cincuenta, había logrado recuperar nuevamente, en corto tiempo, su poderío económico –industrial previo a la segunda guerra mundial. Los productos hechos en Alemania se convirtieron en sinónimo de alta calidad. El llamado “Milagro económico alemán” fue financiado por los Estados Unidos de Norteamérica. La República Federal de Alemania recibió ayuda económica en el periodo comprendido entre 1948 y 1952 de alrededor de 1413 Millones de US$. Mientras que sus antiguos enemigos de guerra, Francia e Inglaterra, recibieron 2806 y 3443 Millones de US$ respectivamente. Italia, aliada de Alemania, contó con 1515 Millones dólares .
El desarrollo hiperbólico de la sociedad alemana se llevó a cabo bajo la mirada recelosa de Inglaterra y Francia, y respaldado por un sólido capital humano compuesto por una red amplia de académicos, técnicos medios y superiores, obreros especializados, directores industriales con vasta experiencia y un aparato estatal que a pesar de los estragos de la guerra no sufrió mayores fisuras. Los funcionarios administradores del poder político-económico continuaron trabajando con eficacia y precisión. Y por último, pero no menos importante, está el aporte de la mano de obra barata de los llamados “Gastarbeiter”, es decir, los miles de “trabajadores invitados”. De ésta manera se garantizó el boom milagroso.
Alemania se transformó en la vitrina de presentación europea del capitalismo altamente desarrollado. Al otro lado del muro de Berlín, el socialismo real, con sus largas hileras de mujeres y hombres a la espera de alimentos, cada uno con su tarjeta de racionamiento y con cara de aflicción. Estas y otras eran las imágenes que la televidencia alemana digería en el noticiero estelar. Se acuñó el estigma que socialismo era hambre, miseria y desesperación. Los avances y progresos socialistas en el campo de la asistencia médica - social, científica y educacional, deportiva, laboral y vivienda eran menospreciados y en el mejor de los casos, desvalorizados. Pero se trataba de la guerra ideológica en el marco de la guerra fría.
Con la caída simbólica del muro de Berlín en 1989 y la reunificación alemana en octubre de 1990, Alemania entró en una nueva fase de desarrollo. La desintegración de la Unión Soviética en Diciembre de 1991 provocó un cambio brusco en la correlación de fuerzas a nivel internacional. Se desató una reacción en cadena que tuvo como consecuencia directa la “derechización” de todos los Estados que conformaban el “bloque soviético” y la “balcanización” de algunos.
Si en la época de auge económico en la Alemana de los sesenta y setenta solía ser muy extraño encontrarse con indigentes en las calles pidiendo limosna, a finales de los ochenta, la pobreza comenzaba a deambular las grandes avenidas. El precio de la Reunificación había sido muy alto y las consecuencias negativas pronto se hicieron sentir en la sociedad.
El sistema de seguridad social, que antiguamente cubría al 100 % los costos de asistencia médica y dental, fue experimentando año con año diferentes reformas y recortes presupuestarios. A tal grado que enfermarse en la actualidad en Alemania, para el ciudadano de escasos recursos, es prácticamente un lujo. La medicina dental, si no se tiene un seguro dental suplementario, es casi impagable. Dime cuantos dientes te faltan y te diré a que clase social perteneces, podría rezar el eslogan de una pancarta de protesta.
Con la globalización, el derrumbamiento del socialismo real, el fracaso del modelo neoliberal de desarrollo, las crisis coyunturales y estructurales del capitalismo, la pobreza en el mundo está aumentando exponencialmente.
Hoy en día, en la Alemania del siglo XXI a ciertas horas, en ciertos días y en ciertos lugares se pueden distinguir las colas de hombres y mujeres, cada uno con su documento, con su cara de aflicción esperando la apertura de Tiendas de comestibles, conocidas en mi ciudad como “die Tafel”, la mesa. En estos establecimientos, la gente de menores ingresos, previa presentación del documento que los acredita como tales, tienen el derecho a comprar alimentos perecederos a muy bajo precio. Estos alimentos, cuya fecha de vencimiento está pronta a caducar, provienen de donaciones de otros almacenes.
También encontramos hileras de hombres y mujeres en las oficinas de la administración pública en busca de ayuda- económica- para resolver sus problemas habitacionales y de otra índole social. Frente a instituciones caritativas y humanitarias también las hay de indigentes en busca de ropa, abrigo, pan, comida y asistencia médica. Y no se piense que son colas de emigrantes. No. Las filas son como la selección nacional de fútbol de Alemania: multirraciales y multiculturales. ¡El capitalismo es daltónico y ateo!
Sin embargo en las agencias públicas de trabajo ya no se ven las filas de cesantes de antaño, preocupados y nerviosos, a la espera de la firma del funcionario que les autorizará o negará el dinero del paro. Actualmente el sistema está modernizado y sofisticado. Ahora cada desempleado se presenta a la oficina en el día indicado y… puntual a la hora, de lo contrario…
Entonces, entre esperar en la casa o en la calle, mejor esperar en otra cola alemana… ¡digo yo!
Roberto Herrera 23.07.2010
Alemania apesar de la crisis economica mundial, no la ha afectado tanto como a EE.UU y a otras potencias, porque ellos han sabido ahorrar, no tienen la deuda y el deficit fiscal tan negativo y con sus buenas estrategias han aumentado el empleo ha diferencia de otras naciones desarrolladas cosa que ha mantenido su estatus de economia triple A y es el que esta sosteniendo al Euro para que no se desplome y que cada vez le gane mas terreno al Dolar Americano como divisa mundial y tambien, sostenga a paises como Grecia, Italia y Portugal con ayudas y bonos para que esas economias no se desplomen cada vez mas y tambien mantener la prosperidad de la Eurozona.
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