martes, 30 de noviembre de 2010

LA MUERTE ANUNCIADA DE UN CADÁVER O R.I.P Real Madrid

Para los nacidos en la década de los cincuenta del siglo pasado, la primera división de fútbol en España estaba integrada por un equipo que tenía nombre y apellido, y el resto de los equipos eran instituciones sin pedigrí. Los niños de los barrios pobres y menos pobres crecimos jugando al futbol con la idea que el mejor equipo de fútbol del mundo hispanoamericano era el Real Madrid, ya sea por ignorancia o por evidente enajenación deportiva de los padres, quienes a su vez también fueron víctimas de la propaganda mediática de la prensa, el cine y la televisión de la época.

Así fue como nació mi amor por el Real Madrid, jugando por las tardes con una pelota de cuero semi ovalada con mi amiguito, quien creía ser Di Stefano, mi primo, quién soñaba con ser Puskas, el hijo del boticario gallego, tan rápido como Gento, y yo, el extremo izquierdo, el tocayo de Herrera.

¿Qué podía saber un carajito como yo, de la existencia de un tal Francisco Franco? ¿Cómo podía enterarse que España era más que castañuelas y paso doble? ¿Dónde se podía leer acerca de la dictadura franquista y del Opus Dei? ¿Quién se atrevió a denunciar, en un país gobernado por militares, que el estandarte deportivo de la monarquía y la derecha falangista española era el equipo de Di Stefano, Puskas, Gento y compañía? Y, además ¿Qué sabíamos de fascismo y todo el embarullo político de la Madre Patria? Nada. Simplemente jugábamos al balompié.

Luego, los avatares de la vida nos condujeron a la vieja Europa y sentado en un asiento de primera en el Nou Camp escuché, sorprendido e indignado, a una dama de la tercera edad, unirse al coro de voces de miles de culés, que frenéticos injuriaban al jugador de origen ¿mixteca o azteca? Hugo Sánchez con improperios que iban desde indio, sudaca hasta hijo de su santa madre. Sorprendido, pues en mi época no se estilaba que una abuelita visitara un estadio de fútbol o que una dama de la alta sociedad dominara el lenguaje soez de barrio bajo, e indignado, por los peyorativos indio y sudaca. Si al menos le hubieran dicho centraca, los forofos del Barça no hubieran puesto en evidencia sus escasos conocimientos geográficos y en segundo lugar, y esto es mucho más grave, dejaron al descubierto sus discriminantes sentimientos racistas. Tentado estuve a intervenir en favor de la “raza”, pero la agresividad de la octogenaria catalana de cepa y mi buen instinto de conservación que heredé de mis ancestros indígenas, me lo impidieron. Anonadado me quedé quietecito en mi asiento, esperando que Sant Cougat, Sant Jordi, Sant Joan Despí o Sant Gaudí me protegieran, y como pueden constatar, lo hicieron. Salí sano y salvo de mi primer clásico Barça – Madrid y con la sensación de haber visto algo único en la historia del fanatismo deportivo. Huelga decir que el Barça le dio una lección futbolística al Madrid.

Poco a poco fui comprendiendo la consigna que: el Barça es més que un club. Pero las cosas que se aprenden de cabro chico están muy enraizadas en los centros más profundos del sistema límbico y por mucho que mis instancias corticales me demostraban con hechos históricos, verídicos y comprobables, cuán grande fue la brutalidad del franquismo en Cataluña y el País Vasco, mi amígdala cerebral, por el contrario, me recordaba siempre aquellas tardes subtropicales pichangueando con la gente de mi barrio. Entonces aparecía Don Alfredo Di Stefano y me reprimía mis vacilaciones.

Pero como dice el dicho popular: “amor de lejos es de pendejos”, llegó el día en que mandé a la cresta a la amígdala y por consecuencia, al Real Madrid. Desde la ruptura han pasado muchos años y debo confesar que en más de una ocasión tuve mis recaídas. Me sucedió lo mismo que a los enamorados, que después de la supuesta separación, la tentación los encama nuevamente.

Anoche, lunes 29 de noviembre sentado frente a la televisión, sin más testigos que mi gata Malinche, vi otra vez el clásico. Cristiano Ronaldo hizo las de Hugo Sánchez y pude comprobar que del amor de antaño no quedaban ni las cenizas. Cinco golazos y una soberbia demostración de fútbol de altura, fueron analizados e interpretados por mi vieja amiga amígdala, sin emociones ni sentimientos encontrados, es decir, con la frialdad de los hechos y los números. Y no crean los lectores madridistas que soy hincha del Barça, pero a Messi y compañía lo que es de ellos; tampoco piensen que desconozco el nacionalismo extremista catalán y la xenofobia en España.

El fútbol perdió su inocencia cuando se comercializó y se prostituyó con los dólares y los euros, cuando se desvirtuó y se sobrevaloró el papel del profesional del balompié, cuando el mercadeo y la publicidad fabricó dioses enanos de oropel engominados, cuando la cancha de fútbol se volvió una pasarela de modelos metrosexuales y ególatras, cuando lo más importante es la imagen y la promoción individual. Toda regla tiene su excepción, por suerte, y en todos los equipos encontraremos futbolistas con los pies en la tierra, que no han perdido un ápice de su sencillez y humildad, y no han sido víctimas de una de las tantas formas de deshumanización que nos ofrece la sociedad de consumo en que vivimos.

No obstante, la diferencia entre los millonarios del Madrid, del Barça, del Milán o del Manchester es tan poca, que no vale la pena ponerse a discutir. Todos son galácticos, tan lejanos y alejados de los barrios pobres del tercer mundo, donde los niños aún juegan al fútbol, imitando a sus ídolos, así como mi pandilla de antaño.

¡Requiescat in pace Real Madrid!


Roberto Herrera 30.11.2010

domingo, 28 de noviembre de 2010

DE GANDULES Y VIVIDORES

Si Eva no hubiese mordido la fruta del árbol prohibido aquella tarde ociosa, hoy andaríamos todos los hombres y mujeres paseando tranquilos tomados de la mano por los coloridos y fructíferos campos del Edén en pelotas, despreocupados, jugando con los leones, tigres y panteras, hinchados de comer mangos, mameyes, papayas (fruta bomba, lechosa), plátanos, frutillas, aguacates, mamones, peras, naranjas y detrás nuestro, la parvada de chiquillos, también en cueros, atiborrándose las barriguitas con dulces damascos. Todo al alcance de la mano. Así de fácil y sencilla era la vida en el Paraíso terrenal, según el Génesis. Pero a Eva, por suerte, le gustaban las manzanas y por ese famoso mordisquillo, Dios inventó el trabajo físico como castigo. ¿O el mordisco era parte del plan maestro?

El cambio radical de las condiciones de vida obligó al Hombre a trabajar y por ende a utilizar su cerebro y sacar mejor provecho de su trabajo intelectual para poder sobrevivir y explicarse el mundo en que vivía y que sentido tenía su razón de ser, ya que de repente los mansos animales se transformaron en bestias, la tierra se volvió árida como un desierto y la temperatura ambiental exigió el uso de prendas de vestir más apropiadas. Había que reflexionar sobre tanta cosa.

Natura nihil facit frustra, la naturaleza no hace nada inútilmente decía Aristóteles y añadía que ésta sigue el camino más corto y económico. El principio de la mínima acción tiene igualmente aplicación en otras esferas de la actividad humana como la psicología, moral y ética.

Habida cuenta que la actividad neuronal del cerebro se rige de acuerdo a la “ley de economía de la naturaleza”, el Hombre ni corto ni perezoso, llegó a la siguiente conclusión: entre menos sacrificio, mejor. La tendencia a actuar con el mínimo esfuerzo está latente en el genoma humano. Es como una especie de reminiscencia, a lo mejor, de los días en que el ser humano vivía en un escenario subvencionado por el creador. Y así fuimos evolucionando lentamente según Charles Darwin, hasta alcanzar el estado biológico actual en que nos encontramos. Pese a la disposición natural de evitar mayores esfuerzos, los homínidos han logrado, debido a la tendencia congénita a la socialización, vencer la pereza y resistencia al trabajo.

No obstante, en la sociedad capitalista es muy común encontrarse con personas sanas (sin vínculos con los carteles de drogas) y aptas para trabajar, que prefieren vivir a costillas del estado y hacen hasta lo imposible para recibir la ayuda social. Muchos de estos holgazanes, creyentes o ateos, nacionales o extranjeros, ignoran que no es el “estado” como superestructura quien los alimenta, sino el conjunto de la sociedad. Es el vecino, el amigo, el familiar, el ciudadano anónimo quienes con su trabajo diario contribuyen al fondo económico de la ayuda social. Estos parroquianos, además de ser flojos y sinvergüenzas, son unos verdaderos parásitos sociales.

El parasitismo civil es un fenómeno social muy común, cuyo origen filogenético lo encontramos en el instinto de supervivencia y reflejos condicionados del ser humano heredados de nuestro pasado animal. La erradicación de esta enfermedad social es muy difícil en aquellas sociedades donde impera la ley de la selva, en las que el más fuerte conduce a la manada, donde el egoísta, cobarde, mentiroso y birlador de recursos es considerado un héroe, donde la trampa y la felonía son el método para triunfar, donde la envidia y el individualismo se anteponen al altruismo y solidaridad, donde la vida fácil y sin sacrificios es una aspiración.

En la medida que entendamos la naturaleza del ser humano, comprenderemos que el problema no radica sólo en la construcción de una superestructura más justa y equitativa, sino en la educación de nuevos valores ético-morales y el desarrollo dialéctico de una cultura nueva, basada en la solidaridad y el trabajo consciente y creativo.

¿De qué se trata entonces en la sociedad socialista?
De crear y construir las bases materiales y subjetivas, para que el ser humano, con la individualidad que le otorga el maravilloso mundo neuronal del cerebro, pueda decidir y elegir libremente la construcción de una sociedad mejor y más justa, en la que el trabajo creador, individual y colectivo, esté en función de todos. Una sociedad libre de gandules y vividores.


Roberto Herrera 28.11.2010

lunes, 22 de noviembre de 2010

¿QUIÉN DIJO QUE EL SOCIALISMO REVOLUCIONARIO ES PARA LOS RICOS?

Si las revoluciones socialistas fueran una mercancía, Margaret Thatcher hubiera sido comandante guerrillera y Ronald Reagan, su segundo al mando. Tesis.

Todas las revoluciones sociales a lo largo de la historia han sido el resultado del desequilibrio surgido entre la actividad creadora del hombre y la propiedad privada de los medios de producción. Desde Espartaco hasta nuestros días, la contradicción antagónica capital-trabajo ha sido la fuente generadora de conflictos sociales, que en dependencia del desarrollo específico de las relaciones de producción y el grado de desarrollo de las fuerzas productivas, han tenido un carácter y contenido político-económico propio y particular.

La trivialidad del tema podría sugerir propaganda cursi marxista anacrónica y desfasada. Incluso podría ser usted, estimado lector, uno de los tantos que está convencido que la teoría de Carlos Marx ha sido refutada por la historia y que los únicos que defienden las tesis del filósofo materialista alemán, hoy en día, son marcianos, alienígenas agitadores, idealistas empedernidos y desubicados, quienes además de tener un cerebro lavado con detergente barato comunista, son también tontos útiles ateos, bajo las ordenes de satánicos políticos de la talla de Fidel Castro Ruz y Hugo Chávez Frías.

¿Cuántas veces habrá tenido miedo a salir sola/solo a la calle de noche? ¿Y cuántas veces lo habrán asaltado unos pobres diablos más pobres que usted? ¿A lo mejor habrá hecho usted varias veces malabares a fin de mes para estirar sueldo y sopa? ¿Y qué me dice de la cuota del colegio de sus hijos? Y de salud ¿cómo andamos? Y sus dientes ¿qué? ¿O perdió el empleo? ¿Tiene deudas? ¿Problemas de drogas en el barrio? ¿Crímenes, robo a mano armada, coerción y chantaje? ¿Prostitución y violencia sexual? ¿Conoce la guerra? ¿Y cómo se explica esta penuria?

Muchos ideólogos occidentales sostienen que la sociedad capitalista del futuro será la única que podrá resolver los problemas existenciales de la humanidad. Una sociedad altamente desarrollada, donde la expresión más pura de la libertad individual estará sintetizada en la democracia liberal. Otros especialistas en economía-política sostienen que la disputa histórica entre los propietarios de los medios de producción y el asalariado ya no tiene ninguna razón de ser, puesto que el “capitalista” descrito por Carlos Marx en el siglo XIX es una especie económica en proceso acelerado de extinción. Los grandes magnates industriales como John D. Rockefeller, Alfred Krupp, J.P. Morgan y otros más, han desaparecido de la faz de la tierra, así como sucedió con los saurios gigantes. Hoy en día, argumentan los paladines del capitalismo, son las transnacionales, las corporaciones, las instituciones bancarias y las sociedades anónimas y de capital limitado (algunas venden el cuento, que los obreros que adquieren acciones, se convierten en accionistas y por lo tanto en! co-propietarios de la compañía!) las que tienen el poder real en los países capitalistas altamente desarrollados. Así predican los nuevos profetas del capitalismo moderno. Francis Fukuyama en su libro “El fin de la Historia y el último hombre”, llega a la conclusión que:” El fin de la historia significaría el fin de las guerras y las revoluciones sangrientas, los hombres satisfacen sus necesidades a través de la actividad económica sin tener que arriesgar sus vidas en ese tipo de batallas”. Sin embargo, ocultan deliberadamente a sus adeptos, que detrás de las multinacionales y consorcios industriales están los viejos y nuevos poseedores de la propiedad privada de los medios de producción a escala mundial. El poder político-económico, por muy diluido y disfrazado que se encuentre, continua concentrado en una minoría. Los partidos políticos en la democracia representativa o parlamentaria, así como los gerentes de las compañías nacionales y trasnacionales son simplemente administradores del Gran Capital Industrial y Financiero. El capitalismo no es capaz de resolver los problemas existenciales de toda la humanidad, puesto que la riqueza que genera el trabajo de las grandes mayorías, es repartida de manera inversamente proporcional. El capitalismo es esencialmente anti-democrático.

El imperialismo económico-político-militar, entendido éste, como el resultado final de un proceso evolutivo de la concentración y acumulación del poder económico capitalista, es el verdadero enemigo de las mayorías trabajadoras. Aunque el típico capitalista de la época de Carlos Marx, con monóculo, frac, sombrero de copa y fumando un habano es una especie exótica extinguida, no significa que no haya más magnates industriales repartidos en los cinco continentes.

Ni la variante “más humana y cristiana” del capitalismo puede ofrecer trabajo, escuela, salud, casa y comida a las grandes mayorías del mundo, mucho menos el fascismo y el neo liberalismo. Las revoluciones socialistas por el contrario, responden a la necesidad de satisfacer las exigencias materiales y espirituales de las grandes mayorías.

No resulta nada extraño entonces, que a medida que la revolución socialista avanza, las clases sociales privilegiadas vean afectados sus intereses por el proceso revolucionario. A medida que la revolución aprieta las tuercas del andamiaje, la clase dominante va ocupando sus posiciones y mostrando su verdadero carácter contrarrevolucionario. La pequeña burguesía con sus diversos matices (“clase media” alta, media, baja) por el hecho de identificarse ideológicamente con la alta burguesía y el imperialismo, es la primera que reacciona y se transforma en el vocero de los intereses capitalistas, convirtiéndose en el caldo de cultivo natural de la contrarrevolución. Cuando se enteran que la revolución socialista no es para lucrarse ni para tener privilegios particulares, entonces son ellos los primeros que se niegan a aceptar que los pobres tengan derecho a vivir mejor y son ellos los que salen a protestar a las calles con sus cacerolas vacías, son ellos los que especulan con los productos de primera necesidad, son ellos los que apoyan los golpes de estado. La burguesía y sus aliados atizan la candela de la contrarrevolución, porque el socialismo revolucionario no se construye para los ricos.

Esto no quiere decir que la revolución sea excluyente. Todo lo contrario, siempre y cuando la participación en el proceso sea para consolidar los objetivos revolucionarios y para debilitar, en consecuencia, al enemigo. Todo lo que conduzca a la unidad es bienvenido.

Abierto estoy, en todo caso, a la crítica sana y constructiva, y si sale por ahí algún ciudadano corrigiéndome la plana, sepa de antemano que le doy las gracias y sí está también en la trinchera, pues, lo felicito.


Roberto Herrera 22.11.2010

viernes, 12 de noviembre de 2010

Acerca de la ponderación y ecuanimidad informativa del periódico El País

“Con un coraje político del que no hicieron gala ni su precedesor Helmut Kohl ni él mismo en su primer mandato, Schröder está intentando finalmente sacar a Alemania del atolladero. Su Agenda 2010 se propone impulsar el crecimiento económico, reducir el déficit público, volver a situar el paro por debajo de los cuatro millones, recortar las prestaciones sanitarias y de desempleo, abaratar el despido, elevar la edad de jubilación, y revisar el sistema público de pensiones”1 .

“La suerte de Alemania concierne a toda Europa,…todos ganaremos si sale de la recesión y recupera su vigor económico…”, escribía el articulista, añadiendo además que “el canciller Schröder ha logrado extraer de su propio partido socialdemócrata (SPD) un apoyo claro a unos dolorosos, pero necesarios, recortes sociales y reformas estructurales”. Todas estas medidas económicas, fiscales y presupuestarias, huelga decirlo, antipopulares en su esencia, fueron la causa de la derrota electoral del gobierno de Schroeder en el año 2005. La Gran Coalición de Gobierno entre el partido socialdemócrata (SPD) y la democracia cristiana (CDU/CSU) continuó impulsando la agenda 2010.

Haciendo caso omiso del lapsus calami (subrayado, debe decir predecesor), cometido por el periodista que escribió el editorial del día 04.06.2003 titulado La montaña alemana y leyendo todo el artículo, queda de manifiesto lo que El País S.L, Madrid España entendía/entiende por bueno y por malo.

El día 09.11.2010, exactamente 7 años, 5 meses y 5 días después, el corresponsal Mauricio Vicent del periódico El País en La Habana, escribe en la sección Internacional el artículo titulado “Cuba se prepara para decidir el cambio del modelo económico”. El periodista escribe lo siguiente: “…La gran incógnita es hasta dónde está dispuesto a llegar Raúl Castro en el proceso de reformas (económicas, que no políticas) y cuán grandes son las resistencias internas dentro del aparato partidista”.

“Hacia dónde vamos, parece claro: no hacia más marxismo-leninismos. El PCC ha dado a conocer hoy el llamado Proyecto de Lineamientos de la Política Económica y Social, un documento de 32 páginas que contiene las directrices de lo que se pretende y que debe servir de base para un gran debate nacional que comienza en diciembre y terminará el 28 de febrero. Por supuesto, se establece que Cuba seguirá siendo un país socialista, y también que "en la actualización del modelo económico primará la planificación y no el mercado". Para concluir sus comentarios y a modo de dar la estocada final, Vicent señala que “Al Congreso (que debía haberse celebrado en 2003) le seguirá una Conferencia del PCC para "tratar otros asuntos de carácter interno", ha anunciado Castro. Seguramente, será entonces cuando se elegirá a los miembros nueva cúpula del Comité Central y el Buró Político, en momentos en que la generación histórica, encabezada por Fidel, de 84 años y todavía Primer Secretario del PCC, y Raúl, de 79, obligatoriamente ha de pasar el relevo2 .”

Veamos, si bien es cierto que el contenido de la información es verídico y además de carácter público, considero necesario recordar el viejo dicho popular que “Lo importante siempre es el modo como se dice algo”, es decir, en que aspectos se hace énfasis y en qué dirección se orienta la opinión del lector.

El pueblo cubano, su partido y su gobierno están conscientes que las reformas económicas constituyen una tarea estratégica, porque ellas son la garantía de la continuidad y preservación del socialismo en Cuba.

Marxismo-Leninismo es, además de ideología, esencialmente economía-política. Porque “lo que hay que hacer” en el socialismo, es decir la agenda política-económica, es garantizar la igualdad de derechos e igualdad de oportunidades para todos los ciudadanos, en una sociedad donde el trabajo sea a la vez un derecho y un deber y donde la distribución de los bienes se rija de acuerdo a la ley socialista de distribución: de cada cual según su capacidad, a cada cual según su trabajo.

No se tratará, pues, en abril 2011 en el VI Congreso del Partido Comunista de decidir el cambio del modelo económico, sino de corregir los errores, de utilizar mejor y racionalmente los recursos humanos y naturales, de incrementar la productividad, de eliminar estructuras que produzcan perdidas, de incentivar el ahorro de recursos y energía, perfeccionar la gestión industrial y administrativa en aras de fortalecer el socialismo cubano. Darle más al pueblo es lo que se pretende con el Proyecto de Lineamientos de la Política Económica y Social.

Tanto la agenda 2010 de Schroeder como el llamado Proyecto de Lineamientos de la Política Económica y Social de Raúl Castro son planteamientos económicos, cuyo fin es fortalecer la economía nacional en un marco de crisis económica. Ni Cuba es Alemania ni Raúl es Schroeder ni el Partido Comunista Cubano (PCC) es el partido socialdemócrata (SPD) ni la situación de crisis sistémica y coyuntural es la misma.

Si el ex – canciller alemán, Gerhard Schroeder, hubiera sometido su tristemente famosa agenda 2010 a un debate nacional, meses antes de su aprobación por el parlamento alemán (Bundestag) en junio de 2003, se hubiera armado la de San Quintín y muy difícil sería imaginarse que el pueblo alemán hubiera aceptado las reformas económicas planteadas por el gobierno. La democracia parlamentaria capitalista, exceptuando a la de la Confederación Helvética, no da para tanto ni es muy frecuente inmiscuir a las masas populares en proyectos estratégicos. Sin embargo, el gobierno cubano dirigido por el casi octogenario Raúl Castro, invita al pueblo cubano a” un gran debate nacional que comenzará en diciembre y terminará el 28 de febrero de 2011”, según nos informa el corresponsal español de El País. Sirva esto como ejemplo del concepto socialista de democracia que se tiene en un país, donde supuestamente la libertad de expresión no existe y donde quien decide es el “aparato partidista”.

A pesar de las obvias diferencias entre Alemania y Cuba; potencia económica mundial la primera y Cuba un país bloqueado económicamente, el contenido de los dos artículos del periódico El País es el mismo. Sin embargo, el enfoque es distinto.

El avezado lector ya comparará y entenderá los matices ideológicos y la manipulación de los medios de comunicación en relación a la revolución cubana.

¿Se le puede llamar a esto ponderación y ecuanimidad informativa?

Roberto Herrera 11.11.2010


1:http://www.elpais.com/articulo/opinion/montana/alemana/elpepiopi/20030604elpepiopi_2/

2:http://www.elpais.com/articulo/internacional/Cuba/prepara/decidir/cambio/modelo/economico/elpepuint/20101109elpepuint 12/

miércoles, 10 de noviembre de 2010

DE APOSTOLES Y POGROMOS

La noche del nueve al diez de noviembre de 1938, hoy hace 72 años, las hordas hitlerianas azuzadas por la propaganda antisemita concebida y dirigida por el ministro de propaganda del tercer Reich, Joseph Goebbels y contando con el apoyo de la fuerza de choque de los comandos paramilitares de las temibles SA de Hermann Göring arremetieron salvajemente contra la población judía alemana.

La brutalidad del golpe, la dimensión de la violencia y destrucción generada en pocas horas quedó registrada en la memoria colectiva de la sociedad alemana como “la noche de los cristales”, que fue el nombre con que los nazis bautizaron la cobarde acción paramilitar. Esa noche marcó un hito en la historia del antisemitismo alemán. Alrededor de cien judíos fueron asesinados, muchos fueron deportados a los campos de concentración, cientos de sinagogas fueron arrasadas y demolidas por los incendios provocados. Las vitrinas de más de 7000 almacenes y negocios de judíos fueron destruidas. Tanto culpables como inocentes percibieron con sus sentidos el ruido de los cristales rotos, las llamas ardientes de las sinagogas, y el olor desagradable del humo blanco y negro y los lamentos y llantos de miles de judíos que eran brutalmente agredidos por sus paisanos alemanes. A partir del pogromo alemán de 1938, no podía caber la menor duda de cuáles eran los planes funestos de Adolfo Hitler. Tampoco ningún alemán podía alegar desconocimiento de causa.

El antisemitismo mundial tiene obviamente un trasfondo religioso y es tan antiguo como antigua es la religión cristiana. Su origen se remonta a los albores del cristianismo y concretamente a raíz de la “muerte de Cristo Jesús por parte de los judíos”.

Según la Biblia (Hechos 9, 22) el apóstol San Pablo, llamado entonces Saulo, encontrándose de camino a la vieja Damasco con el fin de perseguir y castigar cristianos, vio de repente una luz que venía del cielo y se quedó anonadado. Él y sus acompañantes cayeron al suelo, no se sabe sí por el susto o por otro motivo de fuerza y energía mayor. Entonces oyó (solamente él) una voz que le decía :<< Saulo, Saulo, ¿por que me persigues? >>Él preguntó: << ¿Quién eres, Señor?>> Y la voz contestó: << Yo soy Jesús, a quien tu persigues; levántate y entra en la ciudad, allí se te dirá lo que debes hacer. >>

Saulo habiéndose quedado ciego por los efectos fulminantes de aquel potente halo de luz, tambaleándose y con la ayuda de los hombres que lo acompañaban logró entrar a la ciudad. Horas más tarde hace acto de presencia Ananías, quien habiendo sido delegado por el mismísimo Señor, se acercó a Saulo y tomándole de las manos sentencio severo: <> . Saulo, descendiente de la tribu judía de Benjamín, recobró ipso facto sus facultades visuales e inmediatamente fue bautizado. Habiéndose convertido al cristianismo, Saulo comenzó a propagar y divulgar el nombre del Señor a paganos, fariseos, incrédulos, reyes y mendigos, pero sobre todo, al pueblo de Israel, con la misma devoción, dedicación y meticulosidad con que días antes había combatido y perseguido a los seguidores de la nueva religión, judíos y no judíos, incluso condenado a muerte , como fue el caso de Esteban. Esta es la breve historia de Saulo que se convirtió con el tiempo en el apóstol Pablo, no por decisión de los hombres ni por intermedio de los hombres, sino por Cristo Jesús y por el Dios Padre, lo que puede leerse en la Biblia (Epístolas a los Gálatas y tesalonicenses, Hechos, etc., etc.).

Pablo, quien había pasado muy malos ratos y vivido duras experiencias con los judíos, narradas en el libro de los Hechos, especialmente los capítulos 15-28, al llegar a Tesalónica, habla a los griegos y les dice: “Hermanos, les tocó seguir el ejemplo (Persecución y acoso N. del A.) de las Iglesias de Dios que están en Judea, Iglesias de Cristo Jesús. Pues ustedes han sufrido de parte de sus compatriotas (tesalonicenses N. del A.) los mismos malos tratos que ellos (los cristianos judíos N. del A.) sufrieron de parte de los judíos. Son éstos los que dieron muerte al Señor Jesús y a los profetas, y que nos persiguen a nosotros. No agradan a Dios, y se portan como enemigos, al impedirnos hablar a los paganos para que se salven, con lo que colman la medida de sus pecados. Pero, al fin, la condenación está para caer sobre ellos.” Duras las palabras del apóstol Pablo a los tesalonicenses en relación a los judíos fariseos y por estar plasmadas en el libro sagrado de los cristianos han permanecido intactas a lo largo del tiempo. Por ser un lenguaje directo, el espacio para interpretaciones semánticas es muy estrecho.

Esta enseñanza teológica coloca al judaísmo diametralmente opuesto al cristianismo, puesto que ellos, los judíos, no solamente niegan el apocalipsis (revelación) de Jesucristo, sino que además “lo mataron”, a pesar de ser ellos, el pueblo escogido para que lo recibiera como el Mesías. Este es el pensamiento que resume en esencia el origen del antisemitismo a escala mundial y que Adolfo Hitler supo estampar y aprovechar pérfidamente para fines políticos-ideológicos en su obra funesta Mi lucha.

Muchos pueblos ancestrales de la América India, África, Asia y Oceanía vivieron sus “pogromos* ”, y fueron sometidos por la Cruz y la Espada imperialista. También fueron devastados, demolidos, saqueados, robados, linchados, asesinados y en algunos casos, hasta aniquilados totalmente como en el caso de los Taínos de la isla Juana, nombre con que Cristóbal Colon bautizara a la isla de Cuba.

¿Y todo esto en aras de la civilización occidental cristiana? ¿O existen otros intereses más terrenales?

Roberto Herrera 9.11.2010

*Pogromo: Palabra que viene del ruso y significa devastación o demolición. Históricamente se utiliza para referirse a los linchamientos y asesinatos, así como al saqueo, robo y destrucción de los bienes materiales cometidos contra un grupo étnico. Sin embargo, se suele denominar como pogromo, los crímenes de lesa humanidad cometidos contra el pueblo judío en la época de la Rusia Zarista y los perpetrados durante la Alemania hitleriana.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

¡O-H!-BAMA, ¡QUÉ CALAMIDAD!

Hay que reconocer que muchos de los estadounidenses, aparte de entender el planeta tierra como un gran campo de batalla y apoyar, aquí y allá, golpes de estados exitosos y fallidos, dictaminar bloqueos comerciales y financieros, de proteger a terroristas confesos y de mantener en prisión a antiterroristas inocentes, son los campeones olímpicos en convertir cualquier evento en un show magistral mediático.

Las recién celebradas elecciones para la cámara de representantes, el senado y gobernadores, ha sido un espectáculo, digno del hotel más lujoso en las Vegas. No obstante, el ambiente general distaba mucho de ser la gran fiesta triunfal, the grand old party, del partido republicano, que poco a poco se va convirtiendo en una versión light del Tea Party, partido que además ha logrado aglutinar en sus filas a “demócratas desilusionados” con la política de Obama.

Entre los que estaban sin ánimo de celebrar, se encontraban el mismo Presidente Obama, Christine O´Donnell , la ex - bruja , Sharron Angel, la súper abuela y Linda McMahon, la luchadora, las tres últimas, figuras célebres del Tea Party , para quienes la “party” se convirtió en resaca de Halloween.

Todas las agencias e institutos de encuestas habían pronosticado previamente la eminente derrota del partido demócrata en estas elecciones.

¿Qué implicaciones tiene esta derrota electoral para el gobierno de Obama?

A nivel de política exterior el debacle electoral es irrelevante. Sin embargo, a nivel nacional, el revés sufrido en las elecciones, sí tiene consecuencias serias. La cámara de representantes es la instancia legislativa encargada, junto con el senado, de promulgar leyes y además tiene el poder de impugnar al presidente. Ambas conforman el Congreso de los Estados Unidos, que es el encargado de dictar el quehacer político nacional e internacional del gobierno de la nación más poderosa del mundo.

Al perder la mayoría en la cámara de representantes, el gobierno de Obama se verá confrontado con la oposición mayoritaria republicana y obligado a pactar compromisos e incluso, dar marcha atrás a diversos programas y proyectos socio-económicos y fiscales. Si Obama no logra en los próximos dos años remontar la crisis económica que azota el país, difícilmente se puede contar con su reelección en las presidenciales de 2012.

No cabe la menor duda, que la cultura política de la sociedad estadounidense es un bien común poco frecuente a la hora de decidir el destino de la nación. Solamente en los Estados Unidos es posible que un partido político se nombre a sí mismo “Tea Party”. De esa misma forma es posible que un día de estos, surjan partidos políticos como: “Los hot dogs sin mostaza” o el “Fast food democratic Party” o “Cheese cake with cafeine free coffee Labour Party” o “ Donald Duck Party”. Ésto que podría parecer una aberración o un chiste de mal gusto, es el reflejo de una sociedad apolítica y enajenada, en la que más valen los contenidos de los cupones de rebajas para comprar más y más barato en los “Súper Malls”, que el contenido programático de las agendas políticas partidarias. Las elecciones en los Estados Unidos, éstas, las pasadas y las que vendrán, son la expresión más pura de la falta de cultura política de un pueblo.

¿Es ése a lo mejor, el modelo democrático pluripartidista que quieren imponerle a Cuba?

Roberto Herrera 03.11.2010

lunes, 1 de noviembre de 2010

JESUCRISTO EL PRIMER COMUNISTA DE LA HISTORIA

Constata el filósofo epicuriano, Joaquín Sabina, en una de sus canciones y nos pregunta además: ¿Y qué opinas del Papa de Roma? ¿Y las religiones? ¿Y cuál es la mejor? ¿Y los curas? ¿Y Lutero y Buda y Mahoma? ¿Y el dinero?

Nos cuenta el apóstol Mateo en La comparación del sembrador que los discípulos preguntaron a Jesús: ¿Por qué les hablas con parábolas y el Nazareno respondió: “... les hablo con parábolas, porque cuando miran no ven, y cuando oyen, no escuchan ni entienden. Así se cumple en ellos lo que escribió el profeta Isaías: Oirán, pero no entenderán, y, por más que miren, no verán. Porque este pueblo, ha endurecido su corazón, ha cerrado sus ojos y taponado sus oídos. Con el fin de no ver, ni de oír, ni de comprender con el corazón. No quieren convertirse ni que yo los salve… “.

Los apóstoles querían, a lo mejor, que Jesús llamara al pan, pan y al vino, vino, pero Jesús, quien sabía de los peligros que corría, prefería hablarle al pueblo con parábolas. Tan consciente estaba de la amenaza que lo acechaba, que ordenó a sus discípulos que no le dijeran a nadie que él era el Cristo. También les explicó que las autoridades judías, los sumos sacerdotes y los maestros de la Ley lo iban a hacer sufrir mucho. Les comunicó también que uno de los apóstoles lo traicionaría y que los sumos sacerdotes lo condenarían a muerte.

Caifás, jefe de los sacerdotes, lo encontró blasfemo y el Consejo judío sentenció que Jesús merecía la muerte. Cuando Jesús compareció ante Poncio Pilatos, representante del imperio romano en Judea, su suerte estaba ya echada. Entonces, haciendo uso del poder de amnistía que le correspondía como gobernador del imperio de Tiberio César, indultó a Barrabás, un prisionero famoso de la época y entregó a Jesús a las autoridades para que fuese crucificado, no sin antes hacerlo azotar públicamente. Y lo mataron en el Gólgota, después de torturarlo salvajemente durante el Vía Crucis. ¿Qué leyes violó? ¿Qué Dioses ofendió? ¿Contra quién se reveló? para merecer semejante castigo.

Han pasado más de dos mil años desde que se cometió ese crimen de lesa humanidad. Las causas históricas, socio-económicas y políticas que dieron marco a la corta y agitada vida de Jesús de Nazaret, no han cambiado esencialmente desde aquellos turbulentos días del imperio romano y la pax romana.

Diez y más razones tendría Jesucristo hoy en día para continuar su lucha: Hambre, miseria, guerra, muerte, enfermedades, epidemias, tortura, racismo, discriminación y la deshumanización del hombre. Ahí estaría con toda seguridad Jesús a la vanguardia de las manifestaciones de protesta, arengando al pueblo, a lo mejor seguiría hablando en parábolas y comparaciones sencillas; pero también es casi seguro que en más de alguna ocasión le habrían dado palos, que lo habrían encarcelado, maltratado, expulsado de la nueva Judea y quien sabe, hasta asesinado.

Vistos los acontecimientos bíblicos desde la perspectiva social moderna, la reflexión de Sabina no es ni herejía ni provocación. Nadie se sienta ofendido por ello, porque la sociedad en que vivimos, dista tanto del Reino de los Cielos que predicó Cristo, que se podría comparar más bien con el reino de los animales, donde la ley del más fuerte es la que vale, donde hay un imperio que domina el mundo, infinitamente más poderoso que el de los Césares romanos.

¿Y usted, si es creyente, qué opina?


Roberto Herrera 01.11.2010