viernes, 10 de diciembre de 2010

GUANTÁNAMO

Muy bien, ahora nos toca preguntar, ¿cuáles fueron las promesas del candidato a la presidencia del gobierno de los Estados Unidos, Barak Obama en 2008?

“Guantanamera, guajira guantanamera, yo sé los nombres extraños, de las yerbas y las flores, y de mortales engaños, y de sublimes dolores”.

El miércoles 8 de diciembre, la cámara de representantes del gobierno de los Estados Unidos aprobó por mayoría simple la resolución de un proyecto de ley, que tiene que ser ratificado por la cámara del senado, en el que se prohíbe la financiación del traslado de los prisioneros a los Estados Unidos. Todo indica que la nueva ley será aprobada por los senadores, con lo que el cierre de la cárcel militar de Guantánamo, una de las grandes promesas de Obama, se pospone por tiempo indefinido.

“Guantanamera, guajira guantanamera, yo he visto al águila herida, volar al azul sereno, y morir en su guarida, la víbora del veneno”.


En la oficina oval de la Casa Blanca, Obama firmó en enero 2009, resoluto sobre el Resolute y con la zurda, el decreto que preveía el cierre de Guantánamo, como cárcel de máxima seguridad, antes del 22 de enero de 2010 y la evacuación de los prisioneros a los Estados Unidos y su procesamiento jurídico-legal ante un tribunal civil.

“Guantanamera, guajira guantanamera, yo quise, diestro y galán”.

Cambiar el establishment con amagues y fintas siniestras, pero, ¡vaya que decepción!, cuando el inocente ciudadano del mundo constató que escribir con la izquierda es un asunto de los hemisferios, no los geopolíticos, sino los cerebrales. Nada tema el yanqui doodle invasor en las zonas de conflicto, pues su galante y fino presidente no es el primero, yo sé de un rudo cow boy que sangró la Nicaragua Sandinista y la historia me contó del zurdo que ordenó el bombardeo nuclear en Hiroshima y Nagasaki, y del petrolero aquel de Texas que se empantanó en las arenas movedizas del desierto. Nada tema el yanqui doodle que de guerras y guerritas sabe mucho el Tío Sam.

“Guantanamera, guajira guantanamera, yo sé bien que cuando el mundo, cede, lívido, al descanso, sobre el silencio profundo, murmura el arroyo manso”.

Mientras tanto, los políticos del mundo occidental hacen mutis por el forro y a Obama le llueven las promesas incumplidas, a nivel nacional e internacional, como raudos bumeranes políticos que reclaman tributo. Al Presidente lo tienen en “tres y dos”, tanto sus “amigos” demócratas como sus enemigos, los republicanos (Tea party incluido) y con bases militares llenas en todo el planeta.

“Guantanamera, guajira guantanamera, yo soy un hombre sincero, de donde crece la palma,
y antes de morirme quiero, echar mis versos del alma”.


El Presidente Obama, más prudente que hace dos años, no pone fecha al cierre de la cárcel militar en Guantánamo y para no quedar como mentiroso, reconoce públicamente que la maquinaria política en Washington funciona más lenta de lo que él se imaginaba, pero asegura no estar desilusionado con la situación. Entonces, vistas así las cosas, tenemos Guantánamo y guerras para rato.

¡Penas! ¿Quién osa decir, que tengo yo penas?


Roberto Herrera a.k.a Robi Loh 10.12.2010

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