De musas y escaramuzas
Cuenta la historia que más de algún semental cristiano por romper
un himen se metió en tremendo lio,
Muy peligroso es remojar el chilillo[3] y
luego pregonar el hecho a los cuatro vientos con el orgullo henchido
Lo mejor es navegar por los siete mares con bandera de
pendejo[4] y
no pavonear de guapo ni engreído
Yo puse cara de casto y puro en mi boda, siguiendo las
recomendaciones de Himeneo, el hijo de mi tía Clío.
Cantando una ranchera montuna en lugar de un falsete, un
gallo me salió al galope,
Si montando una yegua baya iba al mejor estilo cow boy allá
por Atecozol[5]
Ah malaya la suerte mía, pues lo único que logré fue
lastimarme un coyol[6].
Así comprendí bisoño que no nací pa’cantante. Lo mío lo tengo, dicen algunos, por la gracia
de Calíope.
Conocí hace décadas en el Puerto
de La Libertad[7] una moza
joven y hermosa. Dijo que era andaluza.
Era muy placentera, de piel alabastrina,
delicada y fina, bailando rumba flamenca parecía una sierpe,
De ella aprendí muchas cosas, entre
otras, a jugar el tenis, aunque no tenía la calidad de la Muguruza
Maestra virtuosa como era, soplaba
de todo: pitos, tubas y los flautines de carrizo, así como lo hacía Euterpe.
En Mesoamérica se acostumbraba
en mis años mozos a dar serenatas con calor o con frio.
Allí, bajo el balcón se juntaban
los mariachis, si es que había bastante pisto[8]
y si no, pues tocaba un trio.
Y cuando el suegro era prosaico
y rudo, te gritaba furioso: ¡Hijodeseiscientasmilputas deja en paz a Irene!
Aunque un trovador enamorado no
se inmuta, pues el canto lo lleva en la sangre como Melpómene.
En el carnaval de La Habana bailé
Casino con una mulata color canela nacida en Camagüey,
En Santiago de Cuba me inventé
un guaguancó[9] guanaco[10],
danzando con Rosalía quien era tremendo mamey
Y no me vengan con lo de Fania
All Stars y todo el rollo con Oscar De León, que el bárbaro del ritmo fue Beny
Moré
Así me pasé la juventud,
bailando mambo, rock and roll, guaracha y merengue de la mano de Terpsícore.
Y ya que las musas dicen que
no hay mus, finiquito aquí esta salsa de carburo, recordando aquella joven huraña
que hizo teatro infantil conmigo,
a lo mejor era Talía disfrazada, pues la obra se transmitió por televisión.
Por el éter celeste nadan las
ondas electromagnéticas y nada mejor que Celeste Mendoza para animar un
fiestón.
De astros y constelaciones
aprendí mucho en el colegio, como no iba a ser, si mi compañera se llamaba Urania.
Solo me quedan dos que no he
nombrado, pues, al fin y al cabo, esto ERATO do lo que tenía en el cacumen
La otra musa huérfana y pobre
quedó, pues no encontré palabra elegante que rimara con POLIMNIA
Dicen que mentir a veces
conviene, pero acusar a todos los moros de terroristas eso ya es calumnia.
Aquí tienen pues, a las musas
griegas, hijas de Zeus y Mnemósine. Nueve son, en resumen.
[1] Hablar carburo: Hablar tonterías
[2] Pipil: Se dice del indígena precolombino, descendiente directo de los
aztecas, que habitaba en el occidente de El Salvador.
[3] Chilillo: Tallo deshojado de arbusto, Verga de toro.
[4] Pendejo: Tonto, inocente
[5] Atecozol: Balneario en el departamento occidental de Sonsonate/El
Salvador.
[6] Coyol: Fruto de una variedad de palmera. Testículo.
[7] El Puerto de La Libertad es uno de los centros turísticos más populares
de El Salvador debido a la cercanía con la capital del país.
[8] Pisto: Dinero
[9] Guaguancó: Variedad de rumba cubana
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