Las coplas de mis sesenta y nueve años
–i–
Nací en el año 50 en el barrio El Calvario,
Cerquita del sucio Acelhuate[1]
Dicen que en esa noche vieja hubo un gran jolgorio
Debajo de aquel frondoso amate.
–ii–
En el vientre fértil de mi madre Tey
Se gestaron cuatro niñas y un varón
Todos retoños bastardos según la ley
Solo una, la primera, no vivió en aquel barracón.
–iii–
Todavía tengo presente en la mente
El día en que por primera vez le vi la cara
a la luctuosa catrina,
siendo aún un infante,
lista llegó y con la intención de que el carro me
revolcara.
–iv–
Los callejones de San Jacinto
Y las aceras de Santa Anita
Como buen patechucho[2]
todo lo andaba solito
a escondidas de mi mamita.
–v–
Fui a visitar a mi abuelita y a mitad del camino
me dio sueño y me dormí debajo de un platanar
y dicen que me encontró por fin un buen vecino
soñando feliz y contento en medio de aquel solar.
La fama de Urdimales
Me la gané en mi casa
Rompiendo muchos cristales
Y macetas en la
terraza.
–vii–
En la escuela siempre estuve en primera fila
Y ya de niño le corregía a otros la plana
Los útiles y otros menesteres alegre cargaba en la
mochila
Y en los exámenes nunca hice jarana.
–viii–
Ya lo dijo
Juvenal
No hay que ser
un buen jinete
Ni jugar como
Nadal.
–ix–
Mi apodo es
“Cariño Herrera”
Me bautizó una
cipota
Que ya andaba a
la carrera
Por tocarme la
trompeta.
–x–
Por andar de
Juan Tenorio
Me metí en un
embrollo
La viuda en el
dormitorio
Me pedía más repollo.
–xi–
Emigré para
Alemania
Sin saber que
era pa ‘siempre
Estudié la electrotecnia
Y nunca tuve la
depre.
–xii–
Aprendí a tocar
guitarra,
Al lado de un mexicano,
Tocando la San
Marqueña
Se me engarrotó
la mano.
–xiii–
Nunca perdí la
esperanza
De cantar como el
“turco” Cafrune,
Allá en el lago
de Constanza
Una payada o una
milonga elegante.
–xiv–
Yo no soy Jorge Negrete
Porque no me
sale el falsete
Pero canto en la
ducha,
y mejor en el
retrete.
–xv–
Bailando un buen
merengue
De la cintura pa
‘bajo
La rubia que era
bilingüe
Era buena pal
relajo.
–xvi–
Entonces llegó
la Vero
Y me tendió una
emboscada
Detrás de un
viejo ropero
Nos comimos una
empanada.
–xvii–
La historia es
muy sucinta
Nada tiene de
parafernalia
La Nono quedó
encinta
Y así llegó la Natalia.
–xviii–
Soy guanaco y paliducho
Soy buen gallo de pelea
Y quien me toca los cojones
Le bajo los pantalones.
–xix–
Y me fui para chalate
A servir en la guerrilla
Y me puse mertiolate
Pa ‘curarme la rodilla.
En la guerra mucha gente inocente la palma
Los tambores bélicos suenan y el suelo se cubre de tumbas
Y cuando las bombas caen la cabeza y el corazón se
sumergen en las sombras
Cuando Yoel murió, yo, él y muchos más, ahí quedamos sepultados
en La Palma.
–xxi–
Me estoy poniendo más viejo
Ya no zacateo el macho
Tengo arrugas en el pellejo
Y no ostento ya más penacho.
–xxii–
Mi nieto me dice Tata
Juguemos al caballito
En esta infantil cabalgata
El jinete es Samuelito.
–xxiii–
Mañana, mi mañana seguro vendrá
mañana voy a estar aquí esperándola
con mi guitarra en la mano y sin vestir escafandra
cantando volarán por los aires mis cenizas como una
oropéndola.
–xxiv–
Cuando pare yo las chalas
Me cantan esta canción
No habrá que tener agallas
Pues lo harán con el corazón.
–xxv–
Ya me voy, ya me despido
Aquí les dejo un recado
Con el favor de Cupido,
afilen que no es pecado.
[1] Acelhuate: Río salvadoreño
altamente contaminado que recorre los departamentos de San Salvador y La
Libertad.
[2] Patechucho: Callejero
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