¿Quién ganará sí gana GANA en febrero 2019?
El nombramiento de Nayib Bukele como
candidato oficial del partido derechista GANA para participar en las próximas
elecciones presidenciales de febrero 2019 ha causado un “terremoto político”,
según el conocido analista político salvadoreño, Dagoberto Gutiérrez. Este
movimiento “telúrico” ha sido de tal dimensión que, hasta Dagoberto, antiguo
cuadro político y dirigente del partido comunista salvadoreño PCS, ha quedado sorprendido;
esa es la impresión que tuve, viéndolo y escuchándolo discurrir en una conversación
televisiva digital (El Salvador Impressive, YouTube) el día 30 de julio.
Dagoberto se escabulló, como una trucha
que recibe una ducha de agua caliente, y evitó olímpicamente contestar la
pregunta que con mucha insistencia le planteó el periodista Ernesto López: ¿Hay
un pacto de alianza entre GANA y Nuevas Ideas?
Dagoberto salió finalmente del atolladero
dialéctico, pero, para mi gusto, muy maltrecho. Lo salvó la campana. Si bien es
cierto que utilizó con elegancia, con humor y con mucha astucia todos los recursos
retóricos, político-ideológicos, teórico-filosóficos que posee, lo que sembró durante
esa conversación publica fue duda y confusión. Ahora bien, en definitiva, lo
importante no fue lo que Dagoberto dijo o no dijo, sino lo que no quiso decir.
Durante la charla con el periodista,
Dagoberto se mostró escurridizo y evasivo, algo muy inusual en él. No fue el
maestro corifeo, elocuente y sabio que suele ser en este tipo de encuentros,
sobre todo cuando su interés se focaliza en descubrir lo que “está más allá” de
lo superficial. En este diálogo, los papeles se invirtieron, Ernesto López
quería encontrar la verdad y Dagoberto se aferró a las arenas movedizas de la
superficialidad y futilidad en la argumentación: “Bukele es militante de GANA,
Bukele es dirigente de GANA y Bukele es incluso candidato presidencial de
GANA”.
Sin embargo, días más tarde, el mismo Dagoberto
en su comentario semanal retrasmitido vía digital por el canal “Informa TVX” (YouTube)
el martes 7 de agosto (miércoles 8 en Europa), fue claro, diáfano y sin
contrapuntos en relación a la política de alianzas y en particular, entre GANA
y Nuevas Ideas. Algo que hace siete días
se negó a reconocer ante la pregunta del periodista Ernesto López, esta vez lo
expuso sin galimatías. ¿Por qué recién siete días más tarde?
Pues probablemente las fuerzas políticas
que marcan la pauta o el rumbo del movimiento social Nuevas Ideas ya llegaron a
un compromiso político. Es decir, se pusieron de acuerdo en la táctica y en la
estrategia política a seguir en la futura alianza con GANA y otras fuerzas
políticas. Pienso que, en estas discusiones, debates y negociaciones políticas,
la voz de Dagoberto Gutiérrez ha sido escuchada.
Los objetivos de la alianza “GANA-Nuevas
Ideas y otros” son, según entendí a Dagoberto,
derrotar la estrategia del bipartidismo en El Salvador, logrando que ARENA no
vuelva al poder y que el FMLN no continúe administrando los poderes del estado,
y, segundo, asegurar la posibilidad (el subrayado es importante, ya que
se trata solo de asegurar la posibilidad) de alcanzar las transformaciones
político-económicas y sociales necesarias (reformas a todos los niveles) para
que la sociedad salvadoreña pueda desarrollarse en paz.
Racionalmente entiendo la política de las
alianzas como un vehículo de acumulación de fuerzas para lograr objetivos
políticos concretos y/o programas de gobiernos específicos. Sin embargo, pienso que pactar una alianza
con GANA, para arrebatarle el gobierno al FMLN e impedir que ARENA vuelva al
poder, sobrepasa el umbral de mi tolerancia política. La verdad es que se
desvaneció en mí la gana que tenía de darle mi voto a Nuevas Ideas en febrero
2019.
En relación a Nayib
Bukele, soy de la opinión que él tiene la idea fija, desde hace
varios años, de convertirse en el próximo presidente de la República de El
Salvador. Con tal de conseguir esa meta Bukele estuvo dispuesto a pactar
alianzas políticas con quien fuera. Su
coqueteo y noviazgo político con el FMLN fue parte de esa estrategia. La
decisión de Bukele de pactar alianzas con GANA, un vástago del partido
ultraderechista ARENA, forma parte de su plan presidencial estratégico maestro.
Personalmente, no me hago ninguna ilusión de
que un gobierno con Bukele a la cabeza vaya a resolver la problemática
socioeconómica de la gran mayoría del pueblo salvadoreño ni mucho menos cambiar
el modelo económico neoliberal, tampoco pienso que será el detonante de la
revolución democrático-burguesa salvadoreña del siglo XXI.
Efectivamente, las elecciones del próximo
año podrían demostrar si el pueblo progresista, democrático, humanista y
marxista se ha vuelto resistente o inmune al somnífero FMLN, en el caso que Nayib
Bukele saliera elegido como presidente de la república, a pesar del agravante
de ser un político de derechas y representar a una fuerza política cercana a la
ultraderecha tradicional salvadoreña.
¿Quién ganará entonces, sí gana GANA en
febrero 2019?
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