viernes, 10 de agosto de 2018

¿Quién ganará sí gana GANA en febrero 2019?


¿Quién ganará sí gana GANA en febrero 2019?

El nombramiento de Nayib Bukele como candidato oficial del partido derechista GANA para participar en las próximas elecciones presidenciales de febrero 2019 ha causado un “terremoto político”, según el conocido analista político salvadoreño, Dagoberto Gutiérrez. Este movimiento “telúrico” ha sido de tal dimensión que, hasta Dagoberto, antiguo cuadro político y dirigente del partido comunista salvadoreño PCS, ha quedado sorprendido; esa es la impresión que tuve, viéndolo y escuchándolo discurrir en una conversación televisiva digital (El Salvador Impressive, YouTube) el día 30 de julio.

Dagoberto se escabulló, como una trucha que recibe una ducha de agua caliente, y evitó olímpicamente contestar la pregunta que con mucha insistencia le planteó el periodista Ernesto López: ¿Hay un pacto de alianza entre GANA y Nuevas Ideas?

Dagoberto salió finalmente del atolladero dialéctico, pero, para mi gusto, muy maltrecho. Lo salvó la campana. Si bien es cierto que utilizó con elegancia, con humor y con mucha astucia todos los recursos retóricos, político-ideológicos, teórico-filosóficos que posee, lo que sembró durante esa conversación publica fue duda y confusión. Ahora bien, en definitiva, lo importante no fue lo que Dagoberto dijo o no dijo, sino lo que no quiso decir.

Durante la charla con el periodista, Dagoberto se mostró escurridizo y evasivo, algo muy inusual en él. No fue el maestro corifeo, elocuente y sabio que suele ser en este tipo de encuentros, sobre todo cuando su interés se focaliza en descubrir lo que “está más allá” de lo superficial. En este diálogo, los papeles se invirtieron, Ernesto López quería encontrar la verdad y Dagoberto se aferró a las arenas movedizas de la superficialidad y futilidad en la argumentación: “Bukele es militante de GANA, Bukele es dirigente de GANA y Bukele es incluso candidato presidencial de GANA”.

Sin embargo, días más tarde, el mismo Dagoberto en su comentario semanal retrasmitido vía digital por el canal “Informa TVX” (YouTube) el martes 7 de agosto (miércoles 8 en Europa), fue claro, diáfano y sin contrapuntos en relación a la política de alianzas y en particular, entre GANA y Nuevas Ideas.  Algo que hace siete días se negó a reconocer ante la pregunta del periodista Ernesto López, esta vez lo expuso sin galimatías. ¿Por qué recién siete días más tarde?

Pues probablemente las fuerzas políticas que marcan la pauta o el rumbo del movimiento social Nuevas Ideas ya llegaron a un compromiso político. Es decir, se pusieron de acuerdo en la táctica y en la estrategia política a seguir en la futura alianza con GANA y otras fuerzas políticas. Pienso que, en estas discusiones, debates y negociaciones políticas, la voz de Dagoberto Gutiérrez ha sido escuchada.

Los objetivos de la alianza “GANA-Nuevas Ideas y otros” son,  según entendí a Dagoberto, derrotar la estrategia del bipartidismo en El Salvador, logrando que ARENA no vuelva al poder y que el FMLN no continúe administrando los poderes del estado, y, segundo, asegurar la posibilidad (el subrayado es importante, ya que se trata solo de asegurar la posibilidad) de alcanzar las transformaciones político-económicas y sociales necesarias (reformas a todos los niveles) para que la sociedad salvadoreña pueda desarrollarse en paz.

Racionalmente entiendo la política de las alianzas como un vehículo de acumulación de fuerzas para lograr objetivos políticos concretos y/o programas de gobiernos específicos.  Sin embargo, pienso que pactar una alianza con GANA, para arrebatarle el gobierno al FMLN e impedir que ARENA vuelva al poder, sobrepasa el umbral de mi tolerancia política. La verdad es que se desvaneció en mí la gana que tenía de darle mi voto a Nuevas Ideas en febrero 2019.

En relación a Nayib Bukele, soy de la opinión que él tiene la idea fija, desde hace varios años, de convertirse en el próximo presidente de la República de El Salvador. Con tal de conseguir esa meta Bukele estuvo dispuesto a pactar alianzas políticas con quien fuera.  Su coqueteo y noviazgo político con el FMLN fue parte de esa estrategia. La decisión de Bukele de pactar alianzas con GANA, un vástago del partido ultraderechista ARENA, forma parte de su plan presidencial estratégico maestro.

Personalmente, no me hago ninguna ilusión de que un gobierno con Bukele a la cabeza vaya a resolver la problemática socioeconómica de la gran mayoría del pueblo salvadoreño ni mucho menos cambiar el modelo económico neoliberal, tampoco pienso que será el detonante de la revolución democrático-burguesa salvadoreña del siglo XXI.

Efectivamente, las elecciones del próximo año podrían demostrar si el pueblo progresista, democrático, humanista y marxista se ha vuelto resistente o inmune al somnífero FMLN, en el caso que Nayib Bukele saliera elegido como presidente de la república, a pesar del agravante de ser un político de derechas y representar a una fuerza política cercana a la ultraderecha tradicional salvadoreña.

¿Quién ganará entonces, sí gana GANA en febrero 2019?


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